Bienvenidos a este nuevo blog creado con el fin de dar a conocer todas las actividades que se realizan en nuestra biblioteca escolar del CEIP Nuestra Señora de los Remedios de Ibros.

lunes, 27 de abril de 2015

HOLA, CHICOS Y CHICAS, YA QUEDAN POCOS DÍAS PARA QUE COMIENCE LA FERIA EN HONOR DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS.
OS INVITO A QUE ESCRIBÁIS EN LOS COMENTARIOS QUE ES LO QUE MÁS OS GUSTA DE LA PROCESIÓN Y DE LAS FIESTAS.
OS DIGO UN SECRETILLO.... LOS ALUMNOS DEL COLE HAN HECHO UNA FERIA DE PLASTILINA, YA OS PONDRÉ FOTOS.
¡ÁNIMO Y A CONTAR.....!
RATONCITO LEOTODO

OTRA ACTIVIDAD DEL DÍA DEL LIBRO UNIENDO LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE CON INGLÉS



martes, 14 de abril de 2015

Como amantes de la literatura, lamentamos el fallecimiento en el día de ayer del escritor Günter Grass.

lunes, 13 de abril de 2015

LA TRADICIÓN DE LOS HUEVOS DE PASCUA

Huevos pintados por los alumnos

Ofrecer huevos en Pascua es una tradición que se remonta a varios siglos atrás. Según algunas fuentes la costumbre de regalar huevos en Pascua tiene su origen en el siglo IV.

 En aquella época la Iglesia no aconsejaba el consumo de huevos durante la Cuaresma. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo huevos, ajenas a preceptos ni normas religiosas. Tirar los huevos hubiera sido un pecado. De tal forma, que no quedaba más remedio que guardarlos. En unas semanas se conseguía una sobreabundancia de huevos a los que había que dar salida.

El domingo de Resurección, primer día en el que este precepto ya no rige, se convertía en la fecha señalada.Y qué mejor que compartir o regalar los huevos que no se habían consumido durante la Cuaresma. De esta forma, fue naciendo una costumbre.

Ofrecer una cesta de huevos frescos era sin duda un magnífico detalle, pero si además los huevos se coloreaban o se pintaban se convertían en un auténtico regalo.

En el siglo XII la Iglesia bendecirá la costumbre de regalar huevos como símbolo de resurreción a la salida de la misa de Pascua. Una costumbre que se ha mantenido hasta no hace mucho, especialmente en las zonas rurales, donde abuelos y padrinos entregan a los ahijados panecillos con dos huevos que se llevaban a bendecir.

viernes, 10 de abril de 2015

En busca del peor libro del mundo


Huno odiaba los libros y el mundo. Estaba enojado porque alguna vez le obligaron a leer, y buscaba su venganza lleno de rabia. Por eso, cuando se enteró de que en una antigua biblioteca se ocultaban los peores libros del mundo, decidió no parar hasta encontrarla. Pensaba hacerse con el peor de todos, para obligar a leerlo a todos sus enemigos, y a todo el mundo.

Viajó por todas partes revisando libros y mapas, visitando antiguas ruinas, siguiendo pistas mágicas y enigmas misteriosos. Escapó de ladrones de tumbas y contrabandistas, encontró pergaminos perdidos, cruzó islas y volcanes hasta que, finalmente, descubrió la antigua y abandonada biblioteca. 

Ninguno de los cientos de libros que encontró allí tenía título. Tendría que empezar a leerlos para elegir el peor, y Huno abrió el primero. Era un libro de aventuras. Como a Huno le gustaba todo lo que tuviera que ver con viajes y aventuras, leyó varias páginas seguidas. Para cuando se dio cuenta de que aquel no podía ser el peor libro del mundo, estaba tan metido en la historia que ya no pudo dejar de leerlo.

Al día siguiente Huno tomó otro libro que atrapó su imaginación aún más que el anterior, tal y como ocurrió también un día después. Y así, cada día, tomaba un libro con la esperanza de encontrar el peor libro del mundo, pero terminaba leyendo un apasionante libro de aventuras hasta bien entrada la noche. Pasó varios años leyendo, disfrutando tanto que llegó a olvidar por qué estaba allí, hasta que encontró, casi escondido, un libro distinto.
Cuando lo abrió, leyó la única frase escrita en la primera hoja: “Este es el peor libro del mundo” ¡Por fin! ¡Lo había encontrando! Impaciente, pasó la página para empezar a leer. 

Pero la página estaba vacía, y también la siguiente, y todas las demás hojas del libro. Al verlas así, abandonadas, esperando tener una historia que contar, Huno sintió una gran pena. En el fondo, tenía tantas ganas de seguir leyendo que comprendió que era verdad que solo un libro sin escribir podía ser el peor libro del mundo. 

Pensó entonces que había llegado su momento y, tomando la pluma, comenzó a escribir todas sus aventuras para llenar aquellas páginas en blanco. Escribió durante días y días, dando lugar a un libro increíble. Pero no le puso título y, cuando terminó, lo colocó entre los demás y fue a comprar un libro vacío. De vuelta en la biblioteca, escribió la primera hoja del libro vacío: “Este es el peor libro del mundo” y lo dejó como él lo había encontrado. Y salió de allí esperando que el próximo visitante de aquella mágica biblioteca tuviera una apasionante historia que contar.